Lema del Año 2018

              
     CONFIANZA,   FANTASIA  Y  SORPRESA   


Art Trans_Confianza Fantasía Sorpresa
31 diciembre 2017

J. L. Padilla


Maestro: ¡Hola!, bienvenidos a nuestro youtube del 31 de diciembre del 2017.
Isaia:  El ultimo del ano...
Maestro: ...que es el primero de una nueva era, porque el último..., no nos gusta,  es lo culminante; ultimo significa final, y no es nuestra idea terminar,  no,    sino culminar y seguir. Y este se hace inevitable...porque hablemos un poco dellema...
Isaia: Que sea  lo que sea...ya lo has dicho, ya lo has dicho
Maestro: Bueno dilo tu...di tu el lema del ano
Isaia: No,no...no me referia a eso.
Maestro: A que
Isaia: A que
Mestro: Bueno dilo tu...dilo
Isaia: Es que obviamente ibamos a hablar de lo que ibamos a hablar...sino que vamos a decir ahora...
Maestro: Bueno es gracioso porque ella lo esgrime de esa manera
Isaia Me he puesto del ismo coor que el jersey
Maestro: De mism, y bueno el lema del año es: La Confianza, La Sorpresa y La Fantasía, 3 palabras que creemos que es el momento para poder ejercitarlas, y para poder salir mas reforzados en nuestras relaciones humanas, y creemos que las condiciones de la humanidad se prestan a que se puedan desarrollar esas 3 palabras que nos parecen universales, fundamentales y necesarias.
Isaia: Y  por ejemplo si tuvieras que decir alguna predicción que pudiera suceder el año que viene, que dirias...?
 Maestro: Hay una predicción que me preocupa, y la hemos dicho así como entre velas, y es la posible dimisión del Papa Francisco, que agobiado, muy agobiado por la camarilla vaticana: cardenales, obispos y sacerdotes del Vaticano, a los que llamo, genéricamente, con el nombre de traidores y camarillas; no pueda él alcanzar un “sensum”, un consenso. Que creemos que es lo que le pasó a Benedicto XVI, y que él también dimita y tengamos dos Papas eméritos.
Y nos preocupa, y lo decimos, porque evidentemente, la infuencia que tiene la Iglesia Católica, Apostólica y Romana en la comunidad humana es muy grande.
Y estas dimisiones debilitarian, y no solo debilitarían a la Iglesia, sino que desconcertarían mucho las posibilidades de su reforma y de sus cambios, porque indicarían que no es posible cambiarla y no es posible reformarla.
También pensamos que Donald Trump, necesita su guerra
Isaia: Pero de cacahuetes
Maestro;  Su pequeña guerra, todavía es pronto, porque este es el 2º año de Donald; así como ha heredado una serie de guerras y las mantiene, él necesita su guerra, y es posible que se la sirvan en bandeja.
Lo más propio es pensar que Kin Yon-Um haga algún estropicio, o Irán y EE UU tenga que intervenir; pero sospechamos una posible intervención norteamericana en algún sitio, que podrá ser bien llamada la guerra de Trump, aunque sea pequeñita.
Pero vayamos con la Confianza, ¿qué dirías tu, de la confianza…?
Isaia: Pues para que tengamos confianza creo que hay que tener fe, a veces, y respeto
Maestro: O sea, la confianza está basada en la fe y en el respeto.
Pero también la confianza, está basada, en…como dice la propia palabra: con fianza à yo me fío de ti.
Isaia: ¿A sí?
Maestro: Sí, sí. Aunque a veces nos den motivos para no fiarnos, la confianza
 precisamente reside en estar por encima de ello.
Yo creo que la confianza basicamente se centra en aceptar al otro como es, con ganas de mejorarle, de mejorarnos mutuamente, por supuesto. Pero confiar, delegar en los otros, con la certeza de que lo van a hacer bien, no como nosotros, a su estilo, pero el sentido va a ser el mismo...
Isaia: Pero por ejemplo, hay muchas personas que confían y luego se dan cuenta de que mejor no hubieran confiado y deciden como mecanismo adaptativo dejar de confiar.
Maestro: Eso es lo que está pasando ahora, y lo que pensamos es que somos seres de oportunidades, y tenemos que darnos oportunidades.
Precisamente, si sabemos que la confianza está llamándonos, y es el mejor momento, aunque nos den muestras de desconfianza, -creo que ahí está la clave-: si alguien desconfía de nosotros, confiemos nosotros en esa personay seguramente eso cambiara, hará un clac; y démonos otras oportunidades, porque somos seres de oportunidades.
Por otra parte, viene la fantasía; ese es tu punto fuerte. Porque tu eres muy fantasiosa, si bueno en el buen sentido, además de vidente, clarividente y pitonisa y valkiria, eres fantasiosa, yo creo que estamos de acuerdo ustedes, nosotros y ellos.
¿Qué dirías tu de la fantasía?
Isaia: Diria que la fantasia es la posibilidad al máximo, porque te permite hacer, viajar a cualquier lugar, te permite pensar en cualquier situación, te abre mil mundos, mil universos, todos a la vez. Aquí y ahora.
Me parece que es una herramienta, fantástica.
Maestro: No les he dicho que es la reina de la fantasía, se ha pasado 200 pueblos, pero está bien.
Pero yo voy a aterriza un poquito, yo también soy fantástico, pero ella es, no Antoñita la Fantástica, es plus Antonia la Fantástica, pero vamos…!eso es bueno y en una mujer, todavía es mejor, es marveilleuse.
Pero creo que lo importante también, sin perder su tono vital de la capitana fantasía; en que esas fantasías ver en que medida se pueden ir realizando en el mundo cotidiano.
Y entonces, hoy me pongo un pañuelo fantástico, como se ha puesto ella en el cuello, porque no quiere sque se le vea el cuello, es pudorosa en el cuello, en el pelo no, pero en el cuello, sí. Su fuerte está en el cuello.
La cuestión está en que esas fantasías, no  la manía de que todas las fantasías se conviertan en material, no, en realidades del día a día: un día se escribe una poesía, otro día se hace un gran paseo, otro día se ve una película que esta pendiente por ver, otro día se hace una comida especial.
Es decir, que pongamos un toque fantástico a cada día de nuestro nuevo año, a lo nuevo.
Y luego la sorpresa...
Isaia: La sorpresa…¡Buuum!
Maestro: Miss fantasía  a la sorpresa le llama ¡buuum!, y luego se abre una caja y sale un muñeco…doing doing…
Isaia: La sorpresa es alucinante, porque no te lo esperas, es la espontaneidad.
Maestro: Lo imprevisible., lo inesperado. Hágase usted un poco imprevisible e inesperado.
Por ejemplo, -vamos a practicar_: y le tapa los ojos a Isaia...
-. Que ves
-. Veo negro
Ves negro, ves…Esto no estaba ensayado y ve negro.
Isaia: En el negro, todo es posible, todo está en el negro. Al ver el negro, estoy viéndolo todo.
Maestro: Del negro sale la luz, si no existiera el negro, no existiría la luz. La he sometido a la materia oscura y a la luz oscura y ha dicho: veo negro.
Realmente, la sorpresa siempre se puede dar en cualquier instante y en cualquier momento; y ahora me va a dar ella una sorpresa... Isaia le tapa los oídos al Maestro
-. ¿Qué oyes?
-. Lejanos sonidos de palabras
Maestro: Lejanos sonidos de palabras, no les deseamos que sean sordos.
Pero cuando uno está en permanente silencio...
Isaia: Por lo menos un ratito.
Maestro: Un ratito en silencio, pues escuchas más. Te llevas sorpresas.
Isaia: Porque estas abierto y dispuesto.
Maestro: No se olviden de la canción de Pedro Navajas: “La vida te da sorpresas, sorpresas te de la vida, ¡ay Dios!”
Así como hay lo que hay, les deseamos a todos que practiquen la sorpresa, la fantasía y la confianza. Todo esto se puede hacer simultáneamente, y ¡ojala! nos podamos ir reportando en esta experiencia de este nuevo año 2018, que suma 11, que es el número de la identidad.
Nos identifiquemos como femenino (señala a Isaia), como masculino (se señala a él), entonces ¡guau!
Isaia:  Identificarse con la sorpresa, confianza y la fantasía.
Maestro: Así que tenemos que decir, no feliz año nuevo, sino comprometido año 2018
 Será bondadoso para todos.



RADIO PIRATA PERSPECTIVA 03-01-2018


(Imagen y sonido)
.......

J. L. Padilla: Y ahí estamos de nuevo con Radio Pirata Perspectivas… Y hemos visto las perspectivas de, nada más y nada menos que el oráculo, ¡qué maravilla!, otros mares que nos llevan a otros... A otros lemas, a los lemas del año, en los que nos hemos recreado ya en nuestro Youtube, pero así rápidamente. Nuestro lema anual es la influencia que vamos a tener favorables para desarrollar las SORPRESAS –como hoy les hemos sorprendido por ejemplo con nuestros atuendos diferentes-, las sorpresas –nos apuntamos un tanto-. Las sorpresas, las FANTASÍAS y la CONFIANZA.
De todas ellas, seguramente, la confianza es la más implicada en el hacer cotidiano, porque no nos dan suficientes garantías. Nos han engañado tanto, tantas veces, políticos, banqueros, allegados, familiares, padres, hermanos, amigos, amantes, esposas, esposos… ¡Hemos vivido en una permanente mentira!, ¡en un constante engaño!, en mayor o menor proporción. A lo mejor, más en enero, menos en febrero, más en marzo, menos en abril…
Entonces nuestra confianza, como la que tiene el bebé cuando empieza a andar o nos demanda algo porque tiene algún dolor y confía plenamente en que vamos a ayudarle, se nos ha ido aminorando poco a poco. Y en la medida en que vamos creciendo en “saber y gobierno” –que se suele decir-, ni saber ni gobierno, ¡nada!, desconfianza a tutiplén.
Nuestra madre nos decía: “Tú no te fíes de nadie.” Y hace ya “una pila de tiempo”.
¿Pero por qué esa desconfianza? Porque han sido tantos los traumas y los engaños y los… Que, claro, las personas no confían. ¿Y qué ocurre? Que si no confían en ti, pues tú tampoco confías en el otro. Y es una cadena interminable. Claro, si tú preguntas:
-Oye, te voy a hacer una pregunta. ¿Es verdad o no es verdad que tú has hecho esto y lo otro?
Claro, con esa pregunta y ese tono… no es una acogida complaciente. Y, claro, lo propio es mentir, ¡es propio! Cuando descubrimos que eso ha sido mentira, si es que lo descubrimos, la confianza que tuviéramos se pierde. Y todo es porque no hemos sabido ser acogedores complacientes, serenas esperas de lo Supremo… Por supuesto, va ligado a la confianza.
Pero qué duro… ¿Se han fijado? A lo mejor no se han fijado pero, hoy, en Radio Pirata Perspectivas sí se van a fijar. ¿Se han fijado lo duro que es vivir desconfiando de todo el mundo? ¿Se han fijado lo duro que es vivir cuando vas a hacer algún movimiento, algún gesto, y la otra persona desconfía de tu proximidad, de tu gesto? ¿Saben lo duro que es eso? Seguramente, de tanto hacerlo, ya no parece duro, ¡pero eso es un desgaste bestial! Tú vas con toda la confianza del mundo a proponer, a charlar, a decir, y de repente la otra persona interpreta porque cree… Porque, claro, tiene desconfianza de todo. Y todo se viene abajo. Claro, probablemente, volver otra vez a tener confianza cueste más trabajo.
Ese permanente juicio. Ese constante asedio de… de castigo, ¡Mon Dieu! Es terrible, ¡es terrible! Y no nos damos cuenta de lo desgastante que es el desconfiar, y en consecuencia mentir, engañar. Porque, además, lo increíble es que cuando tú confías en alguien, y esa persona no responde a la confiabilidad que tú le tienes… te entra la tentación de también desconfiar. Cuando debería ser lo contrario. Si yo veo, como desconfiado, que otra persona confía en mí, caray… ¡qué mayor satisfacción que saber que confían en mí! Eso que llaman ahora mucho “la autoestima” etc… Es algo más. La autoestima, es algo más en el plano de la confianza. Es como el niño que espera y desea que confíen en que puede llevar un vaso o un plato a la cocina, y lo está pidiendo a gritos: “¡Yo, yo!, ¡yo lo llevo!” ¿Y qué hacemos habitualmente? Confiamos, ¿no? A veces se le cae y se rompe.
-Bueno. No pasa nada. A ver, tienes que cogerlo con las manitas más secas, ¿no? Porque si lo coges con las manos húmedas, se te cae. Venga, hazlo otra vez.
Y lo hace y lo consigue.
En condiciones normales –en condiciones normales-, la evolución del ser humano se basa en la confianza que sobre él se tiene. Si su entorno es desconfiado:
-No, tú no vales para esto. No, tú no puedes hacer lo otro. No, tú eres muy torpe. No… tú eres muy alta, tú eres muy baja, tú eres muy gordo, tú eres muy gorda, tú eres muy flaco, tú eres…
Entonces no hay confianza. Pero cuando la chispa de la confianza del entorno se centra:
-No… Por favor, confío en que hagas esto.
-Pero es que yo esto no sé si podré.
-Sí, sí… Sí, podrás. Podrás hasta donde sepas poder. Pero yo confío en que lo harás… Harás lo que tengas que hacer y supongo que bien. “Supongo que bien”, no soy yo tampoco el juez.
Sentirse bajo el amparo de la confianza es… un bien supremo.
Y de eso son conscientes las personas que fabrican, por ejemplo, artesanías, que sienten la convicción de que su labor y su investigación es importante. Por ejemplo, en el terreno en el que más nos movemos: la salud. ¿Qué necesita un terapeuta de cualquier naturaleza para, realmente, ejercer correctamente su arte? La confianza del paciente. ¿Qué necesita un paciente para alcanzar realmente un estado de salud? Confiar en su terapeuta. Confianza mutua, hay un resonador en el canal de riñón que se llama así. Si no hay esa confianza, es muy difícil alcanzar una ayuda sanadora, ¡muy difícil! Esa parte humanista de la sanación, que debe estar permanentemente presente entre nosotros, con nosotros, seamos o no seamos terapeutas, es fundamental, ¡es fundamental!
-Yo confío en este equipo. Yo confío en esta persona.
Y esa confianza que recibimos por parte del paciente, por ejemplo, nos obliga inevitablemente a estar al día, a informarnos de los diferentes aspectos que implican su dolencia, para dar una respuesta que se corresponda con la confianza que tienen en nosotros.
Hoy eso es cada vez más difícil. Cuando ves a un paciente, ya ha consultado a tres o cuatro colegas y viene a consultar al quinto y luego se va a Internet, a Wikipedia, y pregunta a ver. Y, finalmente, lo que diga Internet será lo que más acoja a ese señor o a esa señora. Hay excepciones afortunadamente, de personas que realmente confían, pero confían… La confianza no tiene límites. No se puede decir:
-Bueno, yo confío en ti para esto… Pero para esto ya… no confío en ti.
No, eso no es confianza. Eso es parcelación sectaria –por llamarle en su nombre correcto-. Si se confía, se confía.
Y una de las causas de que, en occidente concretamente, la enfermedad se cronifique, la enfermedad como concepto global, se haga crónica es por la desconfianza. Se hace tan crónica que es rara la persona de mediana edad y joven que siga los criterios de confianza, en el terreno de la salud, que le oriente su terapeuta. No. Cada uno se medica y se las busca. Cada uno se siente médico, seleccionador de fútbol o Presidente de la República, para decir lo que hay que hacer. Más aún en esta España donde todo el mundo sabe de todo. ¿Y qué ocurre? Pues nada, la farmacéutica le dice:
.-Pues… yo, para esto, me tomaría esto.
Pero el herbolario le dice:
-No, no... Mejor tómate estas hierbas y luego pruebas a ver.
Pero entonces voy al de digestivo y el de digestivo:
-No, no… Hay que hacerte estas pruebas.
Y entonces me hago la mitad de las prueba porque hay otras que me han dicho que no me las debo hacer.
Y, finalmente, quedo ya sometido a un enfermo crónico porque no he tenido confianza. Porque parto de una desconfianza general. Ni siquiera me abro a la perspectiva de decir:
-Bueno, yo confío en esta persona… o en este grupo… o en esta institución. Confío, punto. ¿Que se pueden equivocar, que tal? Me da igual. Confío.
Pero, claro, cuando se confía en base a resultados ¡mala cosa!, ¡mala cosa! La confianza no… no exige resultados. La confianza es confianza.
Recordamos –permítannos la anécdota- una paciente con artritis reumatoide, una afección articular severa cuando es severa, y en este caso era severa. La mujer no podía ni andar, era un compendio de huesos y nos entraban escalofríos. Y ahora rememorando, la vemos ahí en la camilla tirada, sus manos deformadas, sus rodillas, sus pies… ¡en fin! Y cada vez nos empeñábamos en buscar otras formulaciones:
-Y ahora hago puntura… hago moxa, regulo la medicación…
Pero la mujer empeoraba y empeoraba. Y un día –porque el paciente, es lógico, se fija en nuestra mirada-, la mujer… Estábamos ahí viendo qué hacemos, “Vamos a poner esto y lo otro…” Y, claro, nos captó nuestra… nuestro dolor. Porque teníamos dolor realmente, como ella, cada vez que venía; porque pasaron meses y meses. Y nos dijo:
-Tranquilo, doctor Padilla. Yo sé que, a través de usted, yo me voy a sanar. Ya llegará.
Esa confianza que demostró en esas palabras, nos… no solamente nos emocionó sino que nos libró del recurso de la renta, del beneficio, de lo inmediato. Entonces nos relajamos y empezamos a replantear las cosas de otra manera. Dos o tres meses después empezó una mejoría, una mejoría. Y hoy… imagino que será muy anciana ya. Y, por supuesto, recuperó su calidad de vida. Con algunas deformaciones, sí, pero recuperó totalmente su calidad de vida. Una mujer sonriente, agradable.
-Ya le dije, doctor. Usted no se fiaba mucho, no confiaba mucho en que pudiera ayudarme. Pero ya le dije yo que usted me iba…
Increíble. Me imagino que a muchos de ustedes también les habrá pasado eso alguna vez o les pasará. Que, gracias a la confianza que depositan en ti, tú generas una nueva confianza y abres unas nuevas perspectivas.
Ese es el elemento como más difícil humanamente.
A nivel de fantasía, cada vez nos reprimen más nuestras fantasías. Nos las reprimen porque el mundo materialista, el mundo capitalista cruel, quiere resultados, quiere materialidad, quiere concretizar, quiere dominar, quiere controlar, quiere poder, quiere dinero. Y, claro, ante eso ¿fantasías?, ¡las menos posibles! Nosotros procuramos hacer fantasías como sea, en nuestros diez twitters que publicamos todos los días, siempre hay una frase de fantasía, loquísima: “los parpadeos de los rinocerontes despiertan las inquietudes de los sapos”. Por ejemplo. Esto acaba de surgir ahora mismo. Es loquísimo eso. Pero repasas, empiezas a pensar: “¿El parpadeo de los rinocerontes despierta…?” Entonces entras en otra dimensión. Esto es muy surrealista pero tenemos esa disposición. Y…
Es que si no hay fantasía, morirán todos los poetas, ¡se acabará la poesía! Porque la poesía es el fundamento de la fantasía. Había un grupo que se llamaba “El club de los poetas muertos” o algo así, o de los “toreros muertos”, un grupo de rock, así, contestatario.
Si perdemos la poesía –por llevarlo a lo concreto-, la fantasía, nos desvanecemos. Hagamos el firme propósito de, al menos, hacer un poema a la semana, ¡uno!, dedicado a alguien o no, con sentido o sin sentido pero hagamos un poema una vez… a la semana, una vez a la semana. Que luego lo podremos compartir o no, pero habremos hecho al menos un instante de fantasía, ¡uno!, ¡un instante de fantasía!
Increíble pero necesario y cierto.
Y el tiempo nos come, nos come, nos aprieta y nos lleva a las sorpresas. ¡Ah, surprise! Sorpresas… Ya recuerdan todos la famosa canción de Pedro Navajas, “que la vida te da sorpresas”. Si estamos atentos en el convivir cotidiano, todo es una sorpresa, ¡todo!, ¡todo! Vivimos en una permanente sorpresa. Ahora bien, si creemos que dominamos y controlamos todos los aspectos, pues perdemos la sorpresa y dejamos una vacuidad inútil.
Pero si nos damos cuenta de que las cosas nos sorprenden en cosas muy cotidianas, estaremos en condiciones de nosotros ser vehículos de sorpresas, de dar la sorpresa.
Cuando, por ejemplo, nos encontramos en una Radio Pirata, pues inevitablemente buscamos darles la sorpresa. Como hoy con los atuendos, que llegan porque alguien te regaló una cosa, alguien te dio otra cosa, alguien te sugirió otra cosa. Y sabemos que les vamos a sorprender. Una sorpresa…
Las pequeñas sorpresas son los esenciales y nítidos momentos que hacen posible un gran acontecimiento. No dejemos de lado ningún tipo de sorpresa.
A mí me ha sorprendido este geranio que nos han regalado. Y yo lo veía seco y ayer le eché un poquito de agua. Pero, de repente, me ha sorprendido que, ¡caray!, le habían salido dos flores y va a salir una tercera y una cuarta que está escondida. Y aunque me han puesto una delicatesen aquí para tomar, que seguramente lo haré después, me he ido directamente a oler el… no es el geranio, es el… Ay, siempre me equivoco con esta planta. Pero bueno, ya se los diré. Que sale por bulbos y da esta flor olorosa riquísima. No son geranios, no. Tienen otra fórmula, tienen otro nombre…
Narciso… Ah, son narcisos. Ah, me he vuelto Narciso… Yo creo que no son narcisos eh. A mí me da que no… no. Yo creo que no son narcisos, no. ¿Ven? Por un momento, me he sentido fatal. ¿Yo?, ¿narciso, yo? No, tampoco. Pero no es un narciso. Es un bulbo oloroso muy conocido en España que se da por esta época. ¡Caray!, por favor, equipo técnico, ayúdenme por favor, ayúdenme… Ya que he hablado… Y además se puede conseguir en cualquier floristería y dura unos pocos días. Pero éste va a durar más de lo que se piensa. Y da un olor, de verdad… Esto es una sorpresa.
No es narciso, no es… Hace poco lo Dijimos pero ahora se nos ha pasado. Seguramente, en breves minutos que vamos a terminar ya, lo vamos a encontrar.
Jacintos, ¡eso, eso!, ¡Jacintos!, ¡Jacintos! Eso sí me suena más. Muy bien. Gracias, equipo técnico. Están ahí como locos, como locas, buscando cualquier necesidad. Gracias, gracias.
Pues sí, no abandonen las sorpresas. Dense cuenta de todas las sorpresas que, diariamente, le acontecen, pequeñas. Sea usted un vehículo de sorpresa; sorpréndase a sí mismo y sorprenda a los demás. Y, a través de las sorpresas, se engendrarán fantasías. Y, a través de las fantasías, sin duda, se desarrollará una confianza mutua irrompible. Alei-kum Salaam, Salaam Alei-kum, Shalom Shalom. La paz… sí.
Nos encontramos en otro momento. Gracias.
Saludos al equipo técnico. Ahí han estado Alia, Isaía y Abraham el mago. Gracias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario