Hexagrama 32 del I Ching o Chou I
Hexagrama 36 del Ajedrez Oracular. J.L. Padilla
El hexagrama oracular está formado por los trigramas:
CUENTO ORACULAR DE "CUENTISTAS DEL MUNDO"
(Voz: Andrea Rodríguez - Escuela Neijing Uruguay)
Las nubes pasaban como inquietas mariposas que dudaban de su porvenir.
Las nubes se hacían dulces de algodón
sin llegar a saber si habían surgido por espontánea providencia
o alguien las había colocado allí.
Fueron cubriendo todos los cielos,
dejando pasar, entre luces, las vigilias,
de tal forma que, desde el suelo, se veían clarososcuros de origen incierto.
Y, en contra de lo que se podía suponer,
producían sensación de euforia y alegría.
Las gentes transcurrían y comentaban
“Qué extraño fenómeno”,
y todos los haceres se fueron relentizando.
Cuando llegó el atardecer,
nada hacía suponer que… que seguiría la claridad
pero sí,
a borbotones ahora
las pompas de nubes,
nubes… ¿nubes, ¿nubes o…?, o, bueno, nubes extrañas
se movían ahora a otro compás
y además de cubrir todo el cielo,
clamaban extraños sonidos que resultaban ciertamente gratificantes.
Pero…
Nada, nada pasaba entre los viandantes
que no fuera reír, hablar, contar y una extraña armonía se hacía presente
como un… un normal acontecer.
Rara… rara, rara era la situación…
¡bueno!, se supone.
El caso es que cuando llegó la noche
tampoco mucha diferencia hubo..
En verdad, lo que ocurrió es que
cada estrella tenía una rendija por donde entrar con su luz,
así que… los terrestres,
sí, habrá que llamarlos así ahora,
los terrestres estaban entre oscuridades y luces
que seguían siendo de colores
pero de colores diferentes,
entraban como… como focos,
sí, eso, eso, focos, focos,
que no sabían por dónde iban a encenderse o apagarse.
Y transcurrieron así la noche y…
y amaneció y se transfiguró la luz
y los seres seguían transitando
ya sin sus labores habituales,
más bien compartiendo y conviviendo sus alegrías y ensoñaciones.
Alguno que otro cayó… cayó en darse cuenta de que todo era diferente
Pero a la vez aplaudían con que así lo fueran.
Los jefes no salieron a reclamar,
las fábricas no se quejaron por no producir
ni tampoco las fuerzas del orden tuvieron que ordenar nada
porque ellos también estaban en el disfrute de la luz…
¡Eso!, eso dijo alguien:
“Esto es el disfrute de la luz…
Es del lugar donde debemos estar”.
“Es el lugar que nos corresponde”
-dijo otro-.
Y otro alcanzó a decir:
“Esto es el paraíso terrenal”.
Cualquier cosa que se dijera siempre era exuberante, fantástica, alegre y divertida.
Ba… y alguien dijo en un determinado momento,
con asombro general, que:
“Esto es como estar ante la imagen de una mujer ideal”.
“¿Cómo?...”
“¿cómo, cómo, cómo, cómo… cómo, cómo?”
se corrió la voz ante todos los viandantes.
“Sí, esto es como estar ante una mujer ideal.”
Ahhh…
“Sí.
Tantas luces diferentes, distintas,
tantos… misterios,
tantos… sorprendentes momentos…”
-Pero ah, “es como estar ante las luces de una mujer ideal”. Pero si…
-Sí, antes pensábamos…
-Por cierto ¿cuándo era “antes”?
Pero no, no, no…
Esto… esto… esto es.
Entonces vieron cómo se reflejaban en unos y en otros las luces de forma extraña
de tal forma que todos parecían ser luces de mujeres ideales.
Nadie se quejaba si era varón o hembra, no,
se contemplaban y se acercaban,
como antes lo hacían,
se acariciaban, se besaban, y conversaban y se apreciaban,
se sentían bellos y hermosos.
Dijo alguien, también silenciando al mundo:
“Ha llegado la luz de la mujer ideal,
el mensaje que estábamos esperando desde hace no se sabe cuánto tiempo.
Ahora somos especie… especie de inspiración femenina
que se muestra en su esplendor
con un… con un Soplo Espiritual Sensible
de claridad creciente, de orgasmo sostenido y mantenido,
que antes era hasta prohibido.”
El silencio fue total en la humanidad
hasta que… alguien dijo: “¡Aleluya!”
Otro dijo: “¡Aleluya!”
Otro: “Aleluya”
Otro dijo: “¡Bravo!”
Otro dijo: “¡Bien!”
Otro dijo: “¡Fantástico!”
Otro dijo: “¡Olé, olé, olé!... ¡Alé, Alá, Alá, Alá!”
Y fue un clamor que toda la humanidad empezó a disfrutar, a cantar y a bailar.
Y pasaron de hablar y contarse sus historias
a rebozarse en sus abrazos y cánticos… y danzas.
Y así transcurrieron los tiempos…
sin saber cuánto duró.
Ahhhh,
¡ay!...
hay un rumor de que una vez que empezó, nunca terminó.
-¡Ah!, pero… ¡pff!... ¿Palabra de poeta?
Palabra de poeta. Rumor verdadero.
J.L. Padilla
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